Almendras garrapiñadas
red facilisimo
Desconozco la razón por la que asocio el tiempo frío con los frutos secos; será porque desde siempre recuerdo en las casas de nuestros abuelos, tíos, vecinos y padres las fuentes que decoraban la tradición navideña, y en ellas, junto a los mazapanes y polvorones siempre aparecían montañitas de almendras, cacahuetes o pistachos. Recuerdo cuando la señora Felisa, vecina en el pueblo, nos obsequiaba con un bote de estas almendras. Es de ella de quién aprendí a hacerlas, nos siguen encantando y cualquier momento es bueno para sacar unas cuantas a la mesa y dejar que su sabor dulzón con su textura crujiente nos deleite el paladar.
Ingredientes:
-1 vaso de agua
-1 vaso de azúcar
-1 vaso de almendra cruda
La receta no puede ser más sencilla, tomaremos como medida un vaso o taza y echamos en una sartén un vaso de cada uno de los ingredientes. A fuego fuerte dejamos que el azúcar se disuelva removiendo de vez en cuando.
Cuando veamos que el almíbar empieza a espesar, bajamos a fuego medio y empezamos a remover sin parar. Se formará un polvo blanco que parece que nunca va a adherirse a la almendra, pero no dejéis de remover y en cuestión de minutos tendréis parte del azúcar bien pegado a ellas.
Seguimos moviéndolas hasta que el azúcar que queda por la sartén se carameliza ligeramente y acaba en la almendra, dándole su color característico.
Un clásico delicioso, empiezas y no puedes dejar de comerlas. Eso sí, son sólo aptas para golosos.
Como siempre vamos ahora con nuestro relato.
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